No fue difícil entrevistar a Iván Aguayo, el hombre detrás de Reichstag Motel y otros varios proyectos. ¿Por qué? Primero, porque es mi amigo y hablo bastante con él. Lo conozco. Bueno, eso creo. Musicalmente, lo conozco. Sé que idolatra a Merzbow al punto de tutearlo; que admira a los bastardos de Gerogerigegege no sólo por su música, sino también por su pueril puesta en escena; que disfruta la música de ese rarito de Nurse with Wound y de otro puñado grande de dementes, masoquistas, maniáticos y esquizofrénicos que no hacen más que… que no hacen más que meter bulla y enorgullecerse de ello. Son enfermos. Son una tropa más o menos numerosa de trastornados que ven en el ruido una forma de provocación insana, un extraño canal de protesta que ha durado ya más de treinta años y que, según sus controversiales pero a la vez muy ciertas palabras, es la evolución natural de la música. Cosas de la atonalidad.
En fin, es música orientada a los locos. A los locos lindos que este tal Iván Aguayo admira y aspira a ser. Y ha intentado imitarlos por al menos un año, sacando demos por aquí y por allá, pululando por la agónica si no muerta escena experimental santiaguina, lanzando EP’s y demos que difícilmente se expanden más allá de sus conocidos, del amigo del amigo, del primo, de la suegra. Y eso que ya lleva un buen tiempo el cabro y que talento tiene.
Le tomé la palabra: hay poquísima difusión. Y aquí estamos, tratando de empujarlo unos metros más cerca de la superficie. Ya le conozco varios proyectos propios y ninguno ha salido a flote, aunque tampoco haya sido la intención. Uno de estos fue Höch, con el que sacó un EP de seis canciones de rock instrumental; después vino Ivanaguayo y el demo “Tsumuru”, que era como una versión más sofisticada que Höch. Y hace poco y sin aviso previo, se apareció por Internet con un nuevo nombre, Reichstag Motel. ¿El cambio?: “Siempre he pensado que los seudónimos te determinan un poco a grabar cierto tipo de material. Personalmente, no me siento cómodo paseándome entre estilos tan diversos bajo un mismo nombre. Creo que para mí este impulso de cambio constante tiene más relación con la exteriorización de mis egos que otra cosa.”
Obviamente, hay un cambio sustancial en las texturas si comparamos Reichstag Motel con otros de tus proyectos pasados, pero sigues escuchando la misma música que cuando lanzaste Tsumuru, por ejemplo. ¿En qué momento ocurrió la transición?
Siempre estuve entusiasmado con la idea de concentrarme más en un sonido específico (y desarrollarlo a cabalidad), que en estructuras y arreglos propios de la música. Antes no tenía un equipamiento adecuado para llevarlo a cabo, pero ahora que tengo acceso a laptop, controladores MIDI, softwares y demases, estoy concretando un concepto que tenía planeado desde hace mucho.
Hace años que escuchas música experimental, pero ¿cuál crees tú que fue el artista que te abrió las puertas a este universo?
Ciertamente, hay dos artistas que rompieron brutalmente mi cosmovisión de la música como la conocía: Lou Reed y Masami Akita (a.k.a. Merzbow). Al primero lo conocí con Metal Machine Music, hace años: entendía que podía haber ruido en las grabaciones como parte de una manifestación psicodélica, pero ¿ruido puro? Después me enteré de que lo había hecho para joder a los sellos. Fue entonces cuando conocí a Masami y su “Pulse Demon”. El que lo haya escuchado debe saber que es un álbum sumamente abrasivo, siendo la reacción innata bajar el volumen a cero. Ahí comenzó un proceso progresivo de entendimiento de todo este universo: mucha documentación acerca del dadaísmo y del futurismo, de la escena japonesa, de la sociedad contemporánea… en fin, basura postmoderna.
En el caso de Reichstag Motel, ¿cuáles fueron los artistas clave para armar el EP homónimo?
Creo que, sin querer, tiene bastante de un industrial más ambiental, como el del pionero Maurizio Bianchi. Tim Hecker y compositores ambientales contemporáneos también fueron una buena referencia, ya más intencionada. Como concepto, me inspiraron mucho los collages sonoros que hace Lasse Marhaug. Todos ellos, en mayor o menor medida, fueron un referente importante a la hora de armar este EP. Sin embargo, traté de mantener un sello personal a lo largo del disco.
¿Cómo ves tú el noise? ¿Cómo interpretas su ideología y la traduces a tu obra?
Para mí, el ruidismo tiene una connotación tremendamente antipop que, grosso modo, se resume en “provocar”. Por otro lado, es un punto de una evolución natural que ha tenido la música desde la prehistoria hasta el día de hoy.
CHILE COMO ESCENARIO
Fuera de tu música y mirando en perspectiva, ¿cómo calificarías la fauna musical chilena?
En general, hay buenos artistas, pero poca promoción: ese es el principal punto débil de Chile. En otros países, como Inglaterra, Francia o Alemania, por ejemplo, hay una cantidad inverosímil de netlabels, que son básicamente sellos virtuales que se encargan de distribuir música en formato MP3/FLAC y, pocas, en tapes o discos. Cualquier hueón con tiempo libre, empeño y lucas, crea una netlabel, quizás porque hay una cultura más rica en música, al menos. Acá hay puro nepotismo: en todo ámbito, esto ha sido siempre igual.
Según tú, ¿hay talento suficiente como para armar una escena en Santiago?
Talento hay, pero existe flojera, poco altruismo y hace falta gente que se la juegue y, obviamente, más locos que nos escuchen. Con un alto índice de depresión, tienen que haber más locos afuera, están escondidos nomás.
¿Cuáles serían los obstáculos que tiene que enfrentar Santiago para conformar dicho círculo musical?
Sus egos personales.
¿A qué ciudad (del mundo) ves como un ejemplo musical y te gustaría que Santiago emulase?
En Osaka hay muy buenos clubes, al igual que en Tokyo. O sin ir más lejos, Barcelona también es muy buen lugar al que han ido una gran cantidad de buenos artistas. Quizás a Santiago le hace falta una sala de espectáculos dedicada exclusivamente a la vanguardia y a la música underground, en general. Obviamente potenciando artistas nacionales y extranjeros, la posibilidad de telonear a bandas de renombre, no sé.
OTROS PROYECTOS
En el mismo espíritu cosmopolita, ha habido un factor común en todas tus entregas y eso ha sido el uso de idiomas extranjeros en títulos, nombres, canciones. ¿Por qué el fetiche?
Me encantan los idiomas y como estudiante de ellos, encuentro que existe un universo cuasi-infinito detrás de cada significante particular en todas las lenguas: las traducciones son meras aproximaciones, me dijo un profesor un día. Por eso, pienso que es algo que tiene mucho de mística, magia y psicoanálisis, y me gusta impregnar algo de eso a mis trabajos.
Dijiste que ibas a hacer splits con músicos extranjeros. ¿Cómo seleccionaste a tus colaboradores?
Sí, ya estoy trabajando con Don Campbell, que trabaja bajo el nombre de Fibroma, en un split. Me interesa lo que resulte de esto, porque son dos cosmovisiones opuestas del ruidismo: la norteamericana y la sudamericana. A ambos nos gustó el trabajo del otro, así que decidimos crear algo en conjunto. Me gusta que haya un componente humano en todo esto, no es que tenga alguna condición para trabajar con alguien, sólo que me guste lo que hace.
¿Y cuál crees que es la diferencia entre el ruidismo norteamericano y el sudaca?
Creo que la mirada norteamericana es más agresiva: su historia está plagada de conflictos sociales, éticos y morales. La mayoría de los artistas que vomita USA, como Macronympha, por ejemplo, son sumamente violentos en su discurso, una versión yanqui de Masonna en cuanto a performances. Joseph Roemer usualmente ha comentado su inconformidad con el escenario político de su país y eso lo proyecta en sus presentaciones. En Sudamérica, en general, nos hemos comportado como meros espectadores de las grandes crisis. Esto es tan irresponsable, puede ser un prejuicio, pero creo que el norteamericano está tan rodeado de violencia que termina absorbiéndola. Pienso que es sumamente importante el contexto sociopolítico en tu desarrollo como músico, si bien no determinante. Además, la influencia en esta parte del globo es más europea que japonesa, creo yo.
De vuelta con lo de “Don Campbell”, ¿cuál crees que será el rumbo de este proyecto? ¿Perseverarás con el drone?
No lo sé aún. Tengo pensado usar otros softwares para meterme más en el harsh noise, y mezclarlo con algunas sonoridades industriales, ambientales, etc. Siempre en el marco de lo experimental, claro está.
¿Cómo entiendes ese antiquísimo ritual nómade de los músicos experimentales de jamás atarse a nada más que a ellos mismos? Digo, es tradición verlos picoteando por aquí y por allá, pero sin establecerse jamás en un lugar en particular ni siquiera geográficamente hablando. Básicamente, trabajar con montones de músicos distintos y rara vez amarrarse a algo fijo. ¿No ves cierto sentimiento de escape de por medio? La situación de los seudónimos tiene su qué en el asunto también, pienso.
Sí, totalmente. Creo que este tipo de música da para que surja mucho lo del “genio atormentado”, que probablemente está escapando de sí mismo, qué se yo. No me parece nada muy tirado de las mechas en todo caso, se corresponde con la frase que Heráclito dijo antes de la Era Común: “Lo único que permanece constante es el cambio”. Probablemente su talento sea tanto, que rebasa hasta los límites de la propia personalidad.
¿Qué has aprendido al trabajar con otros músicos?
Que lo mejor es trabajar solo, jajaja!. En serio, creo que no hay persona más egocéntrica que un músico. Encuentro súper complejo, sobretodo en este campo, trabajar en grupo. En los splits no hay problemas, porque cada uno aborda una temática como se le dé la gana. Pero en las colaboraciones y en las bandas, hay un choque de personalidades tremendo.
Ahora eres padre. ¿Ves esta condición como un elemento negativo para ti como músico o lo tomas más bien como un impulso, una inspiración?
Como ambas cosas. En estos momentos de la vida, uno tiene que jugar muchos roles y depende de la madurez de cada uno compatibilizarlos todos.
Finalmente, ¿cuáles son tus proyecciones y aspiraciones como músico?
Me gustaría enormemente presentar mi proyecto en vivo, además de trabajar con más personas, ya sea con músicos u otros artistas. Hace poco, me contactó un estudiante de audiovisual para usar mi música en un documental que es su proyecto de tesis. Me gusta lo impredecible y ese es el principal factor que hace que las relaciones humanas sean interesantes.
En fin, es música orientada a los locos. A los locos lindos que este tal Iván Aguayo admira y aspira a ser. Y ha intentado imitarlos por al menos un año, sacando demos por aquí y por allá, pululando por la agónica si no muerta escena experimental santiaguina, lanzando EP’s y demos que difícilmente se expanden más allá de sus conocidos, del amigo del amigo, del primo, de la suegra. Y eso que ya lleva un buen tiempo el cabro y que talento tiene.
Le tomé la palabra: hay poquísima difusión. Y aquí estamos, tratando de empujarlo unos metros más cerca de la superficie. Ya le conozco varios proyectos propios y ninguno ha salido a flote, aunque tampoco haya sido la intención. Uno de estos fue Höch, con el que sacó un EP de seis canciones de rock instrumental; después vino Ivanaguayo y el demo “Tsumuru”, que era como una versión más sofisticada que Höch. Y hace poco y sin aviso previo, se apareció por Internet con un nuevo nombre, Reichstag Motel. ¿El cambio?: “Siempre he pensado que los seudónimos te determinan un poco a grabar cierto tipo de material. Personalmente, no me siento cómodo paseándome entre estilos tan diversos bajo un mismo nombre. Creo que para mí este impulso de cambio constante tiene más relación con la exteriorización de mis egos que otra cosa.”
Obviamente, hay un cambio sustancial en las texturas si comparamos Reichstag Motel con otros de tus proyectos pasados, pero sigues escuchando la misma música que cuando lanzaste Tsumuru, por ejemplo. ¿En qué momento ocurrió la transición?
Siempre estuve entusiasmado con la idea de concentrarme más en un sonido específico (y desarrollarlo a cabalidad), que en estructuras y arreglos propios de la música. Antes no tenía un equipamiento adecuado para llevarlo a cabo, pero ahora que tengo acceso a laptop, controladores MIDI, softwares y demases, estoy concretando un concepto que tenía planeado desde hace mucho.
Hace años que escuchas música experimental, pero ¿cuál crees tú que fue el artista que te abrió las puertas a este universo?
Ciertamente, hay dos artistas que rompieron brutalmente mi cosmovisión de la música como la conocía: Lou Reed y Masami Akita (a.k.a. Merzbow). Al primero lo conocí con Metal Machine Music, hace años: entendía que podía haber ruido en las grabaciones como parte de una manifestación psicodélica, pero ¿ruido puro? Después me enteré de que lo había hecho para joder a los sellos. Fue entonces cuando conocí a Masami y su “Pulse Demon”. El que lo haya escuchado debe saber que es un álbum sumamente abrasivo, siendo la reacción innata bajar el volumen a cero. Ahí comenzó un proceso progresivo de entendimiento de todo este universo: mucha documentación acerca del dadaísmo y del futurismo, de la escena japonesa, de la sociedad contemporánea… en fin, basura postmoderna.
En el caso de Reichstag Motel, ¿cuáles fueron los artistas clave para armar el EP homónimo?
Creo que, sin querer, tiene bastante de un industrial más ambiental, como el del pionero Maurizio Bianchi. Tim Hecker y compositores ambientales contemporáneos también fueron una buena referencia, ya más intencionada. Como concepto, me inspiraron mucho los collages sonoros que hace Lasse Marhaug. Todos ellos, en mayor o menor medida, fueron un referente importante a la hora de armar este EP. Sin embargo, traté de mantener un sello personal a lo largo del disco.
¿Cómo ves tú el noise? ¿Cómo interpretas su ideología y la traduces a tu obra?
Para mí, el ruidismo tiene una connotación tremendamente antipop que, grosso modo, se resume en “provocar”. Por otro lado, es un punto de una evolución natural que ha tenido la música desde la prehistoria hasta el día de hoy.
CHILE COMO ESCENARIO
Fuera de tu música y mirando en perspectiva, ¿cómo calificarías la fauna musical chilena?
En general, hay buenos artistas, pero poca promoción: ese es el principal punto débil de Chile. En otros países, como Inglaterra, Francia o Alemania, por ejemplo, hay una cantidad inverosímil de netlabels, que son básicamente sellos virtuales que se encargan de distribuir música en formato MP3/FLAC y, pocas, en tapes o discos. Cualquier hueón con tiempo libre, empeño y lucas, crea una netlabel, quizás porque hay una cultura más rica en música, al menos. Acá hay puro nepotismo: en todo ámbito, esto ha sido siempre igual.
Según tú, ¿hay talento suficiente como para armar una escena en Santiago?
Talento hay, pero existe flojera, poco altruismo y hace falta gente que se la juegue y, obviamente, más locos que nos escuchen. Con un alto índice de depresión, tienen que haber más locos afuera, están escondidos nomás.
¿Cuáles serían los obstáculos que tiene que enfrentar Santiago para conformar dicho círculo musical?
Sus egos personales.
¿A qué ciudad (del mundo) ves como un ejemplo musical y te gustaría que Santiago emulase?
En Osaka hay muy buenos clubes, al igual que en Tokyo. O sin ir más lejos, Barcelona también es muy buen lugar al que han ido una gran cantidad de buenos artistas. Quizás a Santiago le hace falta una sala de espectáculos dedicada exclusivamente a la vanguardia y a la música underground, en general. Obviamente potenciando artistas nacionales y extranjeros, la posibilidad de telonear a bandas de renombre, no sé.
OTROS PROYECTOS
En el mismo espíritu cosmopolita, ha habido un factor común en todas tus entregas y eso ha sido el uso de idiomas extranjeros en títulos, nombres, canciones. ¿Por qué el fetiche?
Me encantan los idiomas y como estudiante de ellos, encuentro que existe un universo cuasi-infinito detrás de cada significante particular en todas las lenguas: las traducciones son meras aproximaciones, me dijo un profesor un día. Por eso, pienso que es algo que tiene mucho de mística, magia y psicoanálisis, y me gusta impregnar algo de eso a mis trabajos.
Dijiste que ibas a hacer splits con músicos extranjeros. ¿Cómo seleccionaste a tus colaboradores?
Sí, ya estoy trabajando con Don Campbell, que trabaja bajo el nombre de Fibroma, en un split. Me interesa lo que resulte de esto, porque son dos cosmovisiones opuestas del ruidismo: la norteamericana y la sudamericana. A ambos nos gustó el trabajo del otro, así que decidimos crear algo en conjunto. Me gusta que haya un componente humano en todo esto, no es que tenga alguna condición para trabajar con alguien, sólo que me guste lo que hace.
¿Y cuál crees que es la diferencia entre el ruidismo norteamericano y el sudaca?
Creo que la mirada norteamericana es más agresiva: su historia está plagada de conflictos sociales, éticos y morales. La mayoría de los artistas que vomita USA, como Macronympha, por ejemplo, son sumamente violentos en su discurso, una versión yanqui de Masonna en cuanto a performances. Joseph Roemer usualmente ha comentado su inconformidad con el escenario político de su país y eso lo proyecta en sus presentaciones. En Sudamérica, en general, nos hemos comportado como meros espectadores de las grandes crisis. Esto es tan irresponsable, puede ser un prejuicio, pero creo que el norteamericano está tan rodeado de violencia que termina absorbiéndola. Pienso que es sumamente importante el contexto sociopolítico en tu desarrollo como músico, si bien no determinante. Además, la influencia en esta parte del globo es más europea que japonesa, creo yo.
De vuelta con lo de “Don Campbell”, ¿cuál crees que será el rumbo de este proyecto? ¿Perseverarás con el drone?
No lo sé aún. Tengo pensado usar otros softwares para meterme más en el harsh noise, y mezclarlo con algunas sonoridades industriales, ambientales, etc. Siempre en el marco de lo experimental, claro está.
¿Cómo entiendes ese antiquísimo ritual nómade de los músicos experimentales de jamás atarse a nada más que a ellos mismos? Digo, es tradición verlos picoteando por aquí y por allá, pero sin establecerse jamás en un lugar en particular ni siquiera geográficamente hablando. Básicamente, trabajar con montones de músicos distintos y rara vez amarrarse a algo fijo. ¿No ves cierto sentimiento de escape de por medio? La situación de los seudónimos tiene su qué en el asunto también, pienso.
Sí, totalmente. Creo que este tipo de música da para que surja mucho lo del “genio atormentado”, que probablemente está escapando de sí mismo, qué se yo. No me parece nada muy tirado de las mechas en todo caso, se corresponde con la frase que Heráclito dijo antes de la Era Común: “Lo único que permanece constante es el cambio”. Probablemente su talento sea tanto, que rebasa hasta los límites de la propia personalidad.
¿Qué has aprendido al trabajar con otros músicos?
Que lo mejor es trabajar solo, jajaja!. En serio, creo que no hay persona más egocéntrica que un músico. Encuentro súper complejo, sobretodo en este campo, trabajar en grupo. En los splits no hay problemas, porque cada uno aborda una temática como se le dé la gana. Pero en las colaboraciones y en las bandas, hay un choque de personalidades tremendo.
Ahora eres padre. ¿Ves esta condición como un elemento negativo para ti como músico o lo tomas más bien como un impulso, una inspiración?
Como ambas cosas. En estos momentos de la vida, uno tiene que jugar muchos roles y depende de la madurez de cada uno compatibilizarlos todos.
Finalmente, ¿cuáles son tus proyecciones y aspiraciones como músico?
Me gustaría enormemente presentar mi proyecto en vivo, además de trabajar con más personas, ya sea con músicos u otros artistas. Hace poco, me contactó un estudiante de audiovisual para usar mi música en un documental que es su proyecto de tesis. Me gusta lo impredecible y ese es el principal factor que hace que las relaciones humanas sean interesantes.
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3 comentarios: on "ENTREVISTA: IVÁN AGUAYO"
Gracias por el apoyo, Contingencia.
Acabo de cambiar la carátula del EP a esta:
http://i40.tinypic.com/x1wxmb.jpg
Además, terminé el split con Fibroma y está disponible acá:
http://reichstagmotel.bandcamp.com/album/fibroma-reichstag-motel-split
Listo. Pusimos la carátula nueva.
Vamos a agregar el link también.
Saludos.
Un felatio para mi, un felatio para ti.... un felatio para mi, un felatio para ti.... corten de chuparse la pija par de maricas!!!!
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