sábado, 23 de abril de 2011

POEMAS DE YASMÍN NAVARRETE

Nace en Santiago un martes 20 de Enero del año '87. Estudió Licenciatura en Física en la Universidad de Chile. En noviembre del año pasado tuvo la oportunidad de leer uno de sus textos en “Poesía a Cielo Abierto”, encuentro que se realizó en La Sebastiana, donde quedó seleccionada para recitar y asistir a una clínica literaria entre varios poetas.



REVELACIÓN

Siempre es la última vez. Siempre hay cosas ocultas dentro de una boca llena de esos pequeños monstruos negros que van saliendo como si fueran pájaros, aves de rapiña que se dispersan, arrasando lugares, cortando cabezas.

No tengo voz, no escucho sus voces, no creo en esa flecha del tiempo que señala una sola dirección: creo en las once dimensiones cuando se abre la mente y ellas se distribuyen en forma de una copa saliendo de la cabeza.

Cortar cabezas, dimensiones, acceder a ese punto físico en donde se guarda todo lo que tiene que ver contigo.


EL VUELO


Anido pájaros en mi vientre, anido cabezas de esas que no se cuelgan.
Anido un dolor parecido a lo que significa olvidar algo que tiene que estar presente por puro antojo.
Anido inviernos soleados que no tuvieron coherencia con el tiempo.
Anido fotos como imágenes, imágenes como un todo.
Más lento quiero que pase el tiempo: no me alcanzan los días cuando quiero que se repitan, que no se extingan, que por lo menos todo eso se transforme en hojas que pueda oler, que pueda tocar al abrir el cajón.
Más rápido quiero que pasen los días para dejar de contar cuántos quedan.
Sigo escribiendo y sigo sintiendo los pájaros que se anidan lento y que siguen bajando por el vientre.


NADA

¿No será que el vacío siente terror al no tener un nombre, una cara o un recuerdo?
¿No será que el vacío pretende personificarse para dejar de ser algo tan incierto?
Es demasiada la responsabilidad de enfrentarlo.
Es demasiado el temor cuando termina el recuerdo.


EL JUEGO DEL EGO

Dónde quedaron los juegos donde éramos todos distintos y jugábamos juntos aunque nos alejáramos, éramos distintos y nos encontrábamos y compartíamos el barro, las pelotas, los caminos distintos, pero nos mirábamos las caras desde lejos como si habláramos de lo mismo aunque fuéramos distintos.
Era el juego de los parques, era el juego de las manos, de los árboles, de escondernos y encontrarnos. Ahora nos quedan las distancias como moraleja de la distinción, ahora nos queda el juego del ego, el juego de ego, el ego del juego del que gana el ego y el juego se termina o se acaba cuando empieza el tema, cuando se termina, cuando se respira y no entiendes y debieras entenderlo, cuando quedas fuera,
si no aceptas las reglas estás fuera, pero pierdes y el que gana es el dueño: el que desangra, el que se alimenta, el que se queda porque todos se van, el que se queda incluso cuando no están los que lo permitieron.
No me quedan palabras si respiro distinto y avanzo con mi cuerpo y retrocedo con el mismo y ya no hay imágenes y no quedan alucinaciones del retorno a lo inmaterial.
No tengo más ideas que las que escucho todo el día. Del dinero que se arranca como cuando nos arrancábamos en el parque, en la plaza, en la calle para tratar de convocar el encuentro. Hoy no nos encontramos porque el interés se disolvió y se convirtió en un papel de intercambio. Ahora la emoción tiene nombre de números y de bancos, ahora la emoción es la fiebre de la pulsión de la muerte, es la fiebre de la respiración sin ritmo.
Es la respiración la que me mueve hacia lo que hablamos con nuestra exhalación, es la inspiración lo que nos hace producir, es la inspiración la que no es un fin. Es lo que me inspiras con toda esta distancia acumulada entre bostezos, entre más papeles, entre los roles difusos cuando sueño y estoy consciente del ego, del fuego que no se apaga, del juego en el que pierdes cuando caes en la casilla del ci-ego.


CANCIONES

Las caras de la gente están hastiadas. Las miradas encarcelan animales salvajes, dispuestos a sacarte un pedazo de carne. Recuerdo ciertos nombres y recuerdo esa insolencia con la que te acercabas para exigirme esos derechos que violaste. Las caras siguen estando por todos lados, luego, subo a la micro. Esos días se presentaron inescrupulosos, te afectaban tanto mis palabras, como si existiera algo tan rotundo entre ellas -sabemos que no existen, lo sabías perfectamente.
La micro oscila entre una frenada y otra, alguien se sube a tocar canciones folclóricas: Víctor Jara, Violeta Parra, Santiago, oh, Santiago, cuenca entre grandes montañas, cuenca profunda de interminables suspiros incompletos. Querías entrar insolentemente como si nada hubiera pasado, entonces te explico y no entiendes nada ¿Cómo podrías entenderlo? Si te criaste bajo el velo de la Virgen, del Santo Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, te repito: ¿Cómo podrías entenderlo?. Me imagino en sus rostros la cara deforme del otro lado de sus esperanzas, separando lo bueno de lo malo, lo que es justo y lo que se merecen, mientras suena de fondo Todos Juntos y nadie habla, la micro frena nuevamente. Se escuchan un par de bocinazos. No podrías entenderlo porque nunca te lo enseñaron, seguramente, te hablaron de la infidelidad, que el egoísmo es malo y claro que es malo cuando no piensas en mí, claro que es malo. Quizás me confundiste con el resto, quizás mi cara se perdió en el hastío de tus dictámenes, quizás pensaste que mi voz dejaba de oírse entre tus decisiones.
El hombre de la guitarra pasa por los puestos pidiendo la cooperación correspondiente, sólo se escucha el motor de la micro, el ruido de la ciudad y un par de monedas que caen al suelo.
De pronto un grito, me imagino que fuiste tú creyendo entenderlo todo.


TRAGEDIA GRIEGA

Te encontrarás desnuda después de una fiesta.
Te encontrarás con el rencor.
Te encontrarás con el universo despojado,
con las nubes aisladas.
Y no sentirás el calor
en los días más brillantes,
en los días con más sol.

Te encontrarás añorándolo.
La soledad a través de una ventana,
el túnel invisible entre sus dos caras.
No tengo dónde guardar todo esto,
no tengo un espacio entre sus cartas.

Te encontrarás olvidándolo
después de creer en toda realidad,
de anular las fiestas, los árboles,
después de borrar tu nombre
o interpretar el sonido como una decisión,
una emoción condicionada, apagada.
Te encontrarás detrás de una pantalla.
Te encontrarás juntando probabilidades,
rodeada de soles, de buenas intenciones.

Es la soledad, es la pérdida.
Es tu mejor partida.
Es mi peor renuncia, dejando los mazos,
juntando fracasos.
Repitiendo, repitiendo.
Repitiendo en silencio
porque ya no estás acá
en la memoria de los muertos.
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4 comentarios: on "POEMAS DE YASMÍN NAVARRETE"

Anónimo dijo...

Excelentísimo, te felicito, buenísimos textos. Apuesto a que tienes más, ¡publícalos! o pásalos que sea, me gustó harto.

Me gustó harto, podrías pasar más, ¡o publicarlos!, apuesto a que tienes. Buenísimos textos, te felicito, excelentísimo.

Salu2ulaS.
-- Z.F.

raletseretni dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
raletseretni dijo...

¡Ay! la poesía... me genera tantas preguntas.

Pero felicitaciones igualmente Yasmín y sigue escribiendo.

Jonathan dijo...

Amé "Canciones". Maestro. :)

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